martes, 15 de enero de 2013

Filosofia de la Mente


                                                                    

Centro De Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 113
“Miguel Hidalgo Y Costilla”
Parangarico, Yuriria, Guanajuato, a 06/Dic/2012

Facilitador: José Jesús León León

Tema:
Filosofía de la Mente
                                                                       
                                     
                                          
Trabajo elaborado por el alumno Luis Humberto Pizano Camargo
                                        

                                        
Introducción:

A través de este escrito el objetivo de su servidor es ilustrar y aclarar acerca del tema de lo que es la Filosofía de la mente. Y tratar de hacer un aprendizaje un tanto satisfactorio para usted “El Lector”
Desarrollo

Filosofía de la mente:
La filosofía de la mente se ocupa de la naturaleza de los estados mentales, de sus efectos y sus causas. La cuestión del comportamiento de los estados mentales y físicos ocupa aquí un lugar central. Además de las cuestiones ontológicas acerca de la naturaleza de los estados mentales, la filosofía de la mente estudia cuestiones epistemológicas en torno a la cognoscibilidad de la mente.


Consecuencias de la filosofía de la mente:
Hay incontables temas que se ven afectados por los resultados de la filosofía de la mente. Claros ejemplos de ello son la naturaleza de la muerte y su carácter definitivo, la naturaleza de las emociones, de la percepción y de la memoria. También la cuestión acerca de qué es una persona y en qué consiste su identidad tiene mucho que ver con la filosofía de la mente. Hay dos temas que, en conexión con la filosofía de la mente, han despertado especial atención: la libertad y el yo.


Libertad:
En el contexto de la filosofía de la mente la cuestión acerca de la libertad de la voluntad se plantea con renovada intensidad. Esto es así al menos para materialistas y deterministas. Según ellos, las leyes naturales determinan por completo el curso que sigue el mundo material. Los estados mentales –también por tanto la voluntad humana– serían, en virtud de ello, estados materiales. De modo que la voluntad y el actuar estarían completamente determinados por las leyes naturales. Algunos llevan la argumentación un poco más lejos: las personas no pueden determinar por sí mismas lo que quieren y hacen. En consecuencia, no son libres.
Esta argumentación es rechazada, por una parte, por los compatibilistas. Estos señalan que la pregunta "¿Somos libres?" sólo puede responderse una vez se ha concretado qué se quiere decir con "libre". Y, así sigue su argumentación, no se debería identificar libertad con indeterminación. Con libertad debería significarse más bien el querer y actuar según el mejor saber y entender. En este sentido la persona puede también ser libre aun cuando el determinismo sea cierto. El compatibilista más conocido de la historia de la filosofía fue David Hume. Hoy en día esa posición es defendida, por ejemplo, por Daniel Dennett.18
Immanuel Kant rechazó el determinismo de la voluntad y defendió el libre albedrío.
No obstante, hay también incompatibilistas que opinan que la voluntad de las personas es libre. Estos filósofos afirman que el curso del mundo no está completamente determinado por las leyes naturales: al menos la voluntad no ha de estarlo y, por tanto, es potencialmente libre. El incompatibilista más conocido de la historia de la filosofía fue Immanuel Kant.19 Los críticos con esta posición acusan al incompatibilismo de emplear un concepto de libertad incoherente. Argumentan de la siguiente manera: si nuestra voluntad no está determinada por nada, entonces queremos lo que queremos por pura casualidad. Y si lo que queremos es puramente casual, no somos libres. De manera que si nuestra voluntad no está determinada por nada, no somos libres.


Yo
Por lo demás, la mente ha tenido importantes consecuencias para el concepto de yo. Si por "yo" se entiende el núcleo esencial inmutable de una persona, la mayoría de los filósofos de la mente afirmarán que no existe tal cosa. La idea de un yo como núcleo esencial inmutable surge de la idea platónica de un alma inmaterial "invisible" pero que se halla dentro de nosotros y de todos los seres vivos del planeta, ya sea animales o plantas. Tal idea es inaceptable para la mayoría de los filósofos actuales, debido a sus presupuestos materialistas. No obstante, a la luz de los resultados empíricos de la psicología del desarrollo, la biología del desarrollo y la neurociencia, tampoco la idea de un núcleo esencial material constante –plasmado, por ejemplo, en un área invariable del cerebro– parece plausible.
En vista de este problema, algunos filósofos afirman que deberíamos dejar de hablar de un yo. De todos modos esta es una posición minoritaria; más extendida está la opinión siguiente: por "yo" no debería entenderse un núcleo esencial inmutable, sino algo que se encuentra en permanente cambio. Un conocido defensor de esta postura es Daniel Dennett.

Conclusión:
En este documento le he demostrado de una forma detallada acerca del tema de la Filosofía de la Mente además de las Consecuencias que conlleva esta materia. Espero que la haiga servido de mucho esta redacción y haiga adquirido nueva enseñanza acerca de este tema.


Bibliografía:
·        http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_mente

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