Centro
De Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 113
“Miguel
Hidalgo Y Costilla”
Parangarico,
Yuriria, Guanajuato, a 06/Dic/2012
Facilitador: José Jesús León León
Tema:
Filosofía de la Mente
Trabajo elaborado por el
alumno Luis Humberto Pizano Camargo
Introducción:
A través de este escrito el objetivo de su servidor es
ilustrar y aclarar acerca del tema de lo que es la Filosofía de la mente. Y
tratar de hacer un aprendizaje un tanto satisfactorio para usted “El Lector”
Desarrollo
Filosofía
de la mente:
La filosofía de la mente se ocupa de la
naturaleza de los estados mentales, de sus efectos y sus causas. La cuestión del comportamiento de los
estados mentales y físicos ocupa aquí un lugar central. Además de las
cuestiones ontológicas acerca de la naturaleza de los estados
mentales, la filosofía de la mente estudia cuestiones epistemológicas en torno a la cognoscibilidad de la mente.
Consecuencias de la filosofía de la mente:
Hay incontables temas que se ven afectados
por los resultados de la filosofía de la mente. Claros ejemplos de ello son la
naturaleza de la muerte y su carácter definitivo, la naturaleza de
las emociones, de la percepción y de la memoria. También la cuestión acerca de qué es una persona y en qué consiste su identidad tiene mucho que ver con la filosofía de la
mente. Hay dos temas que, en conexión con la filosofía de la mente, han
despertado especial atención: la libertad y el yo.
Libertad:
En el contexto de la filosofía de la mente la
cuestión acerca de la libertad de la voluntad se plantea con renovada intensidad. Esto es
así al menos para materialistas y deterministas. Según ellos, las leyes naturales determinan por completo el curso que sigue
el mundo material. Los estados mentales –también por tanto la voluntad humana–
serían, en virtud de ello, estados materiales. De modo que la voluntad y el
actuar estarían completamente determinados por las leyes naturales. Algunos
llevan la argumentación un poco más lejos: las personas no pueden determinar
por sí mismas lo que quieren y hacen. En consecuencia, no son libres.
Esta argumentación es rechazada, por una
parte, por los compatibilistas. Estos señalan que la pregunta "¿Somos
libres?" sólo puede responderse una vez se ha concretado qué se quiere
decir con "libre". Y, así sigue su argumentación, no se debería
identificar libertad con indeterminación. Con libertad debería significarse más
bien el querer y actuar según el mejor saber y entender. En este sentido la
persona puede también ser libre aun cuando el determinismo sea cierto. El
compatibilista más conocido de la historia de la filosofía fue David Hume. Hoy en día esa posición es defendida, por
ejemplo, por Daniel Dennett.18
Immanuel Kant rechazó el determinismo de la
voluntad y defendió el libre albedrío.
No obstante, hay también incompatibilistas que opinan que la voluntad de las personas es libre.
Estos filósofos afirman que el curso del mundo no está completamente
determinado por las leyes naturales: al menos la voluntad no ha de estarlo y,
por tanto, es potencialmente libre. El incompatibilista más conocido de la
historia de la filosofía fue Immanuel Kant.19 Los críticos con esta posición acusan al
incompatibilismo de emplear un concepto de libertad incoherente. Argumentan de la siguiente manera: si nuestra voluntad no está
determinada por nada, entonces queremos lo que queremos por pura casualidad. Y si lo que queremos es puramente casual,
no somos libres. De manera que si nuestra voluntad no está determinada por
nada, no somos libres.
Yo
Por lo demás, la mente ha tenido importantes
consecuencias para el concepto de yo. Si por "yo" se entiende el núcleo esencial inmutable de una
persona, la mayoría de los filósofos de la mente afirmarán que no existe tal
cosa. La idea de un yo como núcleo esencial inmutable surge de la idea
platónica de un alma inmaterial "invisible" pero que se halla dentro de
nosotros y de todos los seres vivos del planeta, ya sea animales o plantas. Tal
idea es inaceptable para la mayoría de los filósofos actuales, debido a sus
presupuestos materialistas. No obstante, a la luz de los resultados empíricos
de la psicología
del desarrollo, la biología del
desarrollo y la neurociencia, tampoco la idea de un núcleo esencial material
constante –plasmado, por ejemplo, en un área invariable del cerebro– parece
plausible.
En vista de este problema, algunos filósofos
afirman que deberíamos dejar de hablar de un yo. De todos modos esta es una
posición minoritaria; más extendida está la opinión siguiente: por
"yo" no debería entenderse un núcleo esencial inmutable, sino algo
que se encuentra en permanente cambio. Un conocido defensor de esta postura es Daniel
Dennett.
Conclusión:
En este documento le he demostrado de una
forma detallada acerca del tema de la Filosofía de la Mente además de las
Consecuencias que conlleva esta materia. Espero que la haiga servido de mucho
esta redacción y haiga adquirido nueva enseñanza acerca de este tema.
Bibliografía:
·
http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_mente
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